La psicología del amor

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El enamoramiento nos altera la conducta y las percepciones, nos proporciona un intenso placer y un sufrimiento insoportable, cercano a la obsesión. Afortunadamente se trata de un estado pasajero que puede dar lugar a una relación estable mucho más serena... o no.

El enamoramiento

El enamoramiento es una atracción irresistible hacia una persona. Con el deseo y la afinidad se asocia un estado de “encantamiento” por una persona en concreto, que es percibida como única e insustituible, que se convierte en el eje de nuestra vida, promoviendo impulsos de unión, entrega, posesión y gozo con el otro. Incluso los cambios en la fisonomía son evidentes (el brillito en los ojos, la sudoración y taquicardia al verle, etc).

Si no se supiera de nuestro estado, se podría decir que no distamos mucho de los adictos. Necesitamos “su” presencia y cariño. Es nuestra dosis.

Es muy importante es la atracción física, pero no es lo fundamental para llegar a éste estado. Necesitamos de más factores tales como:

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  • Reciprocidad. Sentirnos correspondidos incrementará el enamoramiento

  • Proximidad espacial. Cuanto más cerca estemos más fácil el contacto que potencia el amor

  • Similitud en las actitudes

  • Nuestras expectativas

  • Las excitaciones emocionales previas. Incluidas las negativas (temores, estrés, ansiedades, etc.)

  • La comunicación

¿Qué es y qué no es el amor?

La pregunta del millón. Cada uno lo vivencia de una manera única e irrepetible con cada relación, pero en cuanto a la aproximación como experiencia humana compartida podríamos establecer que el amor de pareja no solamente consiste en decirse cosas bonitas el uno al otro, es un sentimiento estable de estar con la persona elegida y que guía los pensamientos y las conductas dentro de la relación. Que predomine la confianza, orgullo, admiración y el bienestar sobre las también necesarias etapas de dudas, enfados y enfrentamientos. En general se ven satisfechas tres necesidades básicas: compañía, recreo y pasión.

Desde la perspectiva de la terapia de pareja continuamente se tienen en cuenta tres parámetros a valorar en la relación:

  1. Mantener un equilibrio equitativo entre lo que se da y lo que se recibe

  2. Que el intercambio de conductas sea primordialmente positivo

  3. Que lo positivo que cada uno da al otro se adapte a sus gustos y necesidades personales

Si una persona no disfruta de su afectividad, tiene una necesidad obsesiva del otro y le asfixia con exigencias de atención la relación empieza a tornarse patológica y sería una dependencia afectiva.

Una relación puede crear dependencia cuando los vínculos afectivos son muy fuertes pero se vuelve una adicción cuando nos obsesionamos por la otra persona. Existen cientos de personas que pueden tener una dependencia sin darse cuenta. Es como una venda en los ojos

La violencia va en relación al grado de falta de respeto hacia nuestra pareja. La dependencia, cuando perdemos la dignidad y toleramos faltas de respeto y agresiones. Por ello es necesario reforzar nuestra autoestima, cuanto más si tenemos una relación.

La convivencia

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Actualmente es difícil, que no imposible, el mantener una buena convivencia con nuestra pareja. Nuestros abuelos contaban con una repartición de roles tradicionales al respecto. Hoy atendemos más a la diversidad, al modelo igualitario teórico que no acaba de encontrar el equilibrio ideal.

Sin duda el mejor será aquel que nos permita hacer frente de la mejor manera posible a las dificultades. Una buena forma es estar dispuesto a asumir la responsabilidad de pedir, negociar, dialogar, comprender, transigir y tolerar.El amor por sí solo no basta. Es nuestro motor, pero necesitamos constantemente alimentarlo y, sobre todo dejar atrás muchos mitos, por ejemplo aquellos que dan por hecho: “Si me amas deberías de saber lo que estoy pensando”, “Entre nosotros no debe haber ningún secreto”, “Solamente tú y yo, no necesitamos a nadie más...”, etc.

En resumen la convivencia es un proceso, no es para nada estática y no hay fórmulas mágicas. Lo patológico no es sufrir crisis, sino negarlas, eludirlas o no adaptarse a los cambios que éstas reclaman.

La separación

¿Por qué es tan difícil y estresante la separación?, Bueno, además de sentimiento siempre doloroso que representa una pérdida, además de “el fracaso“ que nos traerá irremediablemente costes en nuestra autoestima (siempre remediable) y un sentimiento de vacío por largo tiempo, se rompen entre otras cosas nuestra ya “rutina establecida”, habrá que empezar de nuevo, adaptarse a al nuevo papel social, a los nuevos cambios en la situación económica, por no hablar de cuando se tienen hijos que esa ya es otra cuestión.

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Otra cuestión importante a considerar es si es uno el que desea separarse porque nos supondría que tenemos alguna ventaja como la de estar mejor que “juntos”. Pero cuando no es así nos podríamos quedar en el papel del “abandonado” que ni siquiera termina de entender muy bien el porqué. De cualquiera de las maneras ambos habremos pasado por incontables intentos de solución fallidos. Ahora , ya llegados a éste punto lo mejor sería llevar a cabo esta separación de una manera respetuosa y deseándonos lo mejor, que al fin y al cabo compartimos mucho tiempo y vivimos muchas cosas, ¿Por qué terminar violentados, con rencores y con terceros sufriendo? El asunto es que esto es lo más frecuente.

Los celos

Y aquí vienen las dudas acerca del cariño y fidelidad del otro, que de ser intensos, recurrentes y generadores de gran malestar hasta el grado de interferir en cualquiera de las áreas de nuestra vida podemos llamarlos “celos patológicos”. El “cierto puntillo” parecen gustar a todo el mundo porque nos demuestra que le interesamos, siempre que se limiten a ser expresados o recriminaciones pero dentro de lo cortés. Superado éste punto son desagradables y atentan contra la libertad individual. Si además el “celoso” no puede controlarse y lleva a amenazar o incluso agredir, lo conveniente es acudir inmediatamente al médico.

Cabe mencionar que por regla general, el egocentrismo, narcisismo, inseguridad, desconfianza y el histerismo son rasgos de la personalidad que inducen a ser más celosos.

La infidelidad

Aunque hoy en día es común lo de “relaciones abiertas”, la realidad es que el 70 por ciento de mujeres y el 60 por ciento de hombres opinan que, para que la relación funcione, debe haber fidelidad.

Muchos problemas sexuales de la pareja surgen a partir del sentimiento de desconfianza. Han dejado de tener sexo por temor a que su compañer@ le esté siendo infiel, o por falta de confianza en cuanto a los manejos económicos que realiza el otro. Algunas utilizan la evitación sexual como método de castigo. Se deben analizar muy bien las causas. Pero,  y qué pasa cuando ya la hemos cometido ¿Se lo contamos?

Evidentemente para ésta decisión lo mejor es tener en cuenta muchos factores. El principal es ser honestos con nosotros mismo; pensemos que no es lo mismo una relación de una noche a reiteradamente, si ha habido sustancias u otros factores extraños, y muchísimo más importante si hay afectos involucrados. Romper la confianza es un riesgo y no siempre se puede recuperar. ¡Ojo!

El amor es el motor de nuestras vidas. Primordialmente hay que empezar a revalorarnos, mimarnos y querernos para así poder dar “lo mejor” de nosotros mismos y recibir lo mismo con disfrute. El amor de pareja, que ineludiblemente pasará por muchísimas crisis y etapas, es una oportunidad de aprendizaje y evolución. Esa “personita” seguro que nos enseñará nuevas maneras de mirar la vida y a nosotros mismos. Lo más recomendable, apenas notemos que una crisis está superando nuestros recursos es ir a por más, pedir ayuda si es necesario y no rendirse.

PSICOTIPS: PARA UNA BUENA COMUNICACIÓN EN LA RELACIÓN

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Por Karemi Rodríguez Batista

Fuente: 

  • La psicología del amor (2007). En Enciclopedia de la Psicología. (Vol. 2, 11-33 pp.). España: Océano.

 

Karemi Rodríguez Batista